jueves, 16 de abril de 2009

gordos u obesos



United Airlines ha dedicido que los pasajeros gordos y las pasajeras gordas paguen dos asientos si no caben en uno. Setecientas quejas en un año de personas que han tenido que viajar en medio asiento o directamente en el pasillo han tenido la culpa. Hasta aquí normal. O casi.

El problema vino cuando la compañía comunicó la medida a sus empleados a través de una circular. El personal de tierra se sintió particularmente preocupado cuando supo que, además de pedir el billete y el pasaporte, controlar que pertenecen al mismo ser humano, decir hola-como-está-que-tenga-buen viaje, sonreir y hacer una carantoña a los niños y niñas acariciandoles la cabeza sin despeinarles, ahora iban a tener que controlar que el volumen de los pasajeros se ajustara a unas dimensiones estándar.

Como la circular era muy escueta convocaron una reunión para ver cómo hacer el control. Uno propuso el método del abrazo: si hacen falta dos o más personas para cubrir toda la circunferencia corporal, está gordo. Otro propuso hacer un escrito. No sabía para qué, pero como en todas las reuniones proponía lo mismo, le parecía poco serio si aquello no acababa con una nota dirigida a la prensa o a la Dirección de la compañía. Un tercero dijo que habría que poner una butaca de avión en cada puerta de embarque, y el que parezca que no va a caber, que se siente, si puede. Y si no puede, está gordo. La última propuesta fue la de mandar al pasajero sospechoso a por un Big Mac y traerlo inmediatamente. Si vuelve fatigado o muy fatigado, está gordo. Y luego estaba el negativo, que siempre hay en toda asamblea que quiera tener nombre de tal, que decía que todo este follón para que los ni-ños-bo-ni-tos del personal de cabina no tengan que pasar el bochorno de decir al pasajero que paga doble si no se puede abrochar el cinturón o si no puede bajar el reposabrazos hasta abajo porque las mollas no lo permiten.

Por si todo esto era una broma del ABC o de El País (los dos se hacen eco hoy de la noticia) he entrado en la página web, www.united.com, y veo que al hacer la reserva no te preguntan ni el peso ni el volumen corporal. Sólo si eres menor o mayor. También preguntan, con este dibujo tan gracioso que pongo ahí arriba, si quieres tener más espacio para las piernas. Ahí esta la clave. Mi olfato de investigador me dice que la pregunta tiene truco, y que si contestas que si, te meten directamente en la lista de sospechosos. Y entonces no sabes el calvario que te espera hasta que puedas sentarte en el avión.

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