jueves, 10 de junio de 2010

verano




Con los calores en Barcelona vuelven a preocuparse por el mogollón de turistas medio en pelotas que deambulan por las ramblas. Dicen que estropean la imagen de la ciudad. Y algo de razón ya tienen, porque el otro día tuvieron que sacar al señor de la foto, que no lleva bañador, sino un bañador pintado encima del culete, de la misma Catedral, por donde se paseaba como Dios lo echó a este mundo tan pintoresco que nos ha sido dado en préstamo.

Puestos a hacer propuestas, yo pido que antes de ir en bolas por la calle en Barcelona, prohiban en Euskadi el uso de los piratas y las chanclas para los padres de familia que pasean por los centros comerciales.

Algo vamos avanzando, porque el otro día se llevaron a comisaría a uno que pretendía explicar Filosofía en Bachillerato de esa guisa vestido.

Los huesos de Descartes se removieron en su tumba, que nadie sabe dónde está.

1 comentario:

Sofia dijo...

Pero el del culete pintado pensará que es el más original, el más valiente de su pueblo, el más creativo, el más fresco, el más rompedor y que los que vamos vestidos y respetamos las normas somos unos pringaos, aborregaos, carentes de imaginación, aburridos y patéticos.

Y parte de razón tendrán unos y otro.

Hasta en el caso de que se acabe de escapar del psiquiátrico, que razón tenía aquel loco que cantaba a la puerta de sus celda "unos por poco no están y otros estamos por poco".

Y lo de las chanclas, mira que tiene nombre feo. Pero si mal no recuerdo de pequeñas cantábamos: "chanclas, clas; potanclas, clas; azules, les y blancas, cas; chanclas, potanclas, azules y blancas". Nunca entendí esa canción tampoco. Y la cantaba.