domingo, 13 de junio de 2010

canes expandidos

Sigamos hablando del mundo animal, y pasemos del pez espinoso del Gobela al perro de Bilbao.

El Ayuntamiento promueve una iniciativa para que los canes se expansionen y paseen con libertad por las zonas verdes de la villa, cosa que ha sido acogida con alborozo por algunas asociaciones animalistas como Galgo Leku, encargado de la recogida y adopción de galgos.

Hasta ahora se sentían un poco acosados, ya que cada vez que soltaban el perro les podía caer una multa o una bronca de algun vecino poco sensibilizado con el bienestar animal, que no entendía que los chuchos necesitan correr y saltar para soltar el nervio que acumulan. A mi me pasa con los hijos, que acumulan tensiones y para que desfoguen le invito a hacer un rato el cabra por la hierba. Siempre confío en que no lesionen a otro niño o a algún perro que ande en lo mismo, pero no siempre es posible.

Y ahora, con la iniciativa municipal, como coincidan a la misma hora niño, perro y anciano se va a montar una buena. Porque luego vendran los de los hurones y las ardillas, que yo también quiero. Y los de los peces espinosos con sus peceras.

A lo mejor haciendo un cuadro horario...

1 comentario:

Sofía Cela Echevarría dijo...

El cuadro horario junto con zonas específicas y sobre todo dueños sensatos sería lo ideal. Compatible con multas espectaculares para el que no recoge las cagarrutas de su can.

Si el dueño tiene educado al perro y tiene sentido común, el 80% de las pegas desaparecen.

Dentro del parque es de desear que haya unas zonas amplias destinadas a perros, donde puedan correr y jugar, solos con la pelota o con otros.

Otra específica de niños, con juegos y zona verde. Perros y niños juntos jugando y haciendo sus necesidades no es del todo higiénico y se chocan mucho.

Y en la zona de acercamiento sería de desear llevar el perro atado, salvo esos que van pegados al dueño y no van a echarse a correr asustando a un jubilado, que necesita un radio de acción de un metro alrededor para mantener la estabilidad.

Así, en teoría todo parece que puede funcionar, luego hay descerebrados dueños de perros; los propios perros que son animales y eso no se puede evitar; algunas madres, que Dios nos libre; y personas con mala leche que también deberían tener horario especial en los parques y en cualquier zona de convivencia humana.

Yo me alegro por mi Guzki, que es bastante civilizada, pero que le encanta correr como una loca detrás de una pelota lanzada a lo lejos infinitas veces.