Sigamos hablando del mundo animal, y pasemos del pez espinoso del Gobela al perro de Bilbao.
El Ayuntamiento promueve una iniciativa para que los canes se expansionen y paseen con libertad por las zonas verdes de la villa, cosa que ha sido acogida con alborozo por algunas asociaciones animalistas como Galgo Leku, encargado de la recogida y adopción de galgos.
Hasta ahora se sentían un poco acosados, ya que cada vez que soltaban el perro les podía caer una multa o una bronca de algun vecino poco sensibilizado con el bienestar animal, que no entendía que los chuchos necesitan correr y saltar para soltar el nervio que acumulan. A mi me pasa con los hijos, que acumulan tensiones y para que desfoguen le invito a hacer un rato el cabra por la hierba. Siempre confío en que no lesionen a otro niño o a algún perro que ande en lo mismo, pero no siempre es posible.
Y ahora, con la iniciativa municipal, como coincidan a la misma hora niño, perro y anciano se va a montar una buena. Porque luego vendran los de los hurones y las ardillas, que yo también quiero. Y los de los peces espinosos con sus peceras.
A lo mejor haciendo un cuadro horario...
1 comentario:
El cuadro horario junto con zonas específicas y sobre todo dueños sensatos sería lo ideal. Compatible con multas espectaculares para el que no recoge las cagarrutas de su can.
Si el dueño tiene educado al perro y tiene sentido común, el 80% de las pegas desaparecen.
Dentro del parque es de desear que haya unas zonas amplias destinadas a perros, donde puedan correr y jugar, solos con la pelota o con otros.
Otra específica de niños, con juegos y zona verde. Perros y niños juntos jugando y haciendo sus necesidades no es del todo higiénico y se chocan mucho.
Y en la zona de acercamiento sería de desear llevar el perro atado, salvo esos que van pegados al dueño y no van a echarse a correr asustando a un jubilado, que necesita un radio de acción de un metro alrededor para mantener la estabilidad.
Así, en teoría todo parece que puede funcionar, luego hay descerebrados dueños de perros; los propios perros que son animales y eso no se puede evitar; algunas madres, que Dios nos libre; y personas con mala leche que también deberían tener horario especial en los parques y en cualquier zona de convivencia humana.
Yo me alegro por mi Guzki, que es bastante civilizada, pero que le encanta correr como una loca detrás de una pelota lanzada a lo lejos infinitas veces.
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