lunes, 7 de junio de 2010

el cerebro

Hay mucha gente que dice que los demás le importan un pimiento. Sobre todo si no tienen nada que ver con uno. Y parece que la cosa tiene base científica. Oí a Adela Cortina explicar que ciertos neurocientíficos dicen que el desinterés por los lejanos tiene bases cerebrales, que llevamos acuñados unos códigos, producto de la evolución, que se fueron formando en la época en que éramos cazadores y recolectores, cuando formábamos pequeñas tribus y nos veíamos obligados, para sobrevivir, a estrechar lazos con los demás miembros de la tribu, y a rechazar con agresividad a los lejanos, a los diferentes, a los extraños.

Ya me mosqueé con los dichosos códigos, porque yo no sabía que los tenía ahí, inscritos.

También he oído que enfadarse lesiona la parte izquierda del cerebro, y que por eso, si te enfadas en medio de una discusión, tienes todas las de perder, porque no se puede hablar con la parte izquierda del cerebro lesionada.

Y si ya te enfadas con uno que viene de lejos, el desfase es total, porque entre que tienes el cerebro abollao por el lado izquierdo y los códigos acuñados enviando impulsos hacia ese lado sin que puedan ser adecuadamente recibidos ni procesados, no hay manera de dar una a derechas.

Y todo por no estudiar ni atender al cerebro como es debido.

Mañana voy a la farmacia a ver qué tienen para la cabeza. Un decodificador o algo.

1 comentario:

Sofía dijo...

¿Y qué ocurre con los códigos que nos incitan a querer a los cercanos, a los próximos, a los de la misma tribu?

¿Qué pasa en nuestros cerebros cuando se tienen que alejar?. También se creará una confusión terrible, que por experiencia como mínimo te crea un dolor de cabeza considerable.

A ver que te dicen del descodificador, por si ayuda.

El paso del tiempo en esos casos también juega a favor, pero es cuando mejor se entiende la teoría de la relatividad y el paso del tiempo va como arrastrando lastre y pesa y pesa su paso.