viernes, 18 de junio de 2010

Euskaltel (5)

No sé cómo era mi vida antes de tener contrato con Euskaltel. No sé con qué me entretenía. Con chorradas, igual. Ahora es mejor. Me llaman, voy, me atienden, o no, o sí, pero de aquella manera... es mejor.

Hoy me han llamado al trabajo para ofrecerme algo que no he entendido muy bien, pero tenía que ver con la tele.

- Pero si el partido de la roja de ayer fueron las dos primeras horas de tele que he visto seguidas desde que veía de una sentada Heidi y La Casa de la Pradera, le he contestado.

- Entonces, ¿no le interesa? (sollozando, como si la que estuviera viendo La casa de la pradera fuera ella).

- Pues no, pero te agradezco mucho tu ofrecimiento, lo amable que eres, lo bien que trabajas y lo bien que has dicho mi apellido.

La llamada me ha recordado que tenía pendiente llevar el móvil a arreglar. Aprovechando que tenía cinco horas libres, me he dirigido al Centro Comercial después de tomarme dos gin - tonics, y que sea lo que Dios quiera.

- Holaaa (cantando).

- Hola, que venía a ver si me arreglan este móvil, que tiene menos de dos meses y en la pantalla ahora se ve Disney Channel.

- No me jo... ¿cómo?

- Si, mira...

- Hosti, tú!, eso es que le has dado un golpe. No te va a entrar en la garantía.

- ¿Cómo que no? Este móvil viaja del bolsillo a la oreja y de la oreja al bolsillo. El único golpe de su vida lo habrá recibido de una moneda de dos euros con la que compartía espacio.

- Pues va a ser eso, que son de un delicado... te voy a tomar nota a ver si cuela.

Mira el contrato, pregunta por la factura, qué factura, la factura de la compra del móvil, pero si el móvil me lo regalasteis vosotros, cómo vais a hacer una factura de una cosa que regaláis, qué cosa más absurda, pues tienes razón, no me des la factura que no tienes, hala.

- ¿Esto es una P o una D?

- Una P, jolín, (sin mirar que señalaba la letra del DNI), si fuera una D me llamaría "Dedro".

Pero a trancas y barrancas el servicio funcionó. Me dejó un móvil del año 96, de dos kilos, con un cargador que parecía la batería de un coche.

Y me despidió con una sonrisa diciendo que me llamaría con lo que fuera.

¿Qué más se puede pedir?

1 comentario:

Sofía dijo...

Hoy me han comentado algo parecido a lo que cuentas del móvil, pero en versión cosmética.

Quería comprarse un perfilador y ha ido al Corte Inglés. Se le acerca una dependienta (más pintada que una puerta) y le dice
¿Qué desea?.
Un perfilador.
"Tiene estos tres"
¡ah sí ! ¿son nuevos no?.
"No se, tenemos estos tres".
Pues yo uso del número 1, ¿a qué corresponderá con los que me enseñas?.
"Pues no sé, hemos recibido estos tres".
Vale, gracias, ya traeré la muestra de casa. Y se ha marchado asustada de lo poco puesta que estaba en lo que vendía, para todo lo puesto que llevaba en la cara.

Se ha acercado a Phéfora y una chica muy agradable, le ha enseñado los tres anteriores y unos cuantos más y se ha comprado uno muy bueno por un precio no muy módico, pero que parecía el no va más de los perfiladores. Eso ha sido antes de entrar a trabajar por la tarde.
Al salir del trabajo, Phéfora le pilla al lado y ha pensado que aún podía completar la compra con un disimulador de ojeras. Otra jovencita más maquillada aún que la del Corte, se le acerca para ayudar y le dice que hay unos que además son perfiladores que van muy bien.
Ella le contesta que un perfilador un poco caro ya se había comprado y que sólo quería lo de las ojeras.
"Pues tienes éste que cubre las dos situaciones ". Sí, pero no quiero gastar tanto que el otro servicio lo tengo cubierto ya.
"Pero es excepcional"
No, si no necesito nada mas que...
"Pero tiene el doble de cantidad y además es perfilador".

Por dentro le salía ya un rugido, pero por fuera ha conseguido decir: ¡me lo voy a pensar, agur!

¡¡¡¡¡Pero para qué les preparan a las dependientas!!!!

Sólo la fachada, rascas un poco y no hay nada debajo.