miércoles, 16 de junio de 2010

Japón, de Oriente

- Fotografía, dígame.

- Coño, qué rápido.

- ¿Perdone?

- Nada, que llamaba porque hace varias semanas, veintiseis para ser precisos, llevé a arreglar una cámara y me extraña que aún no me hayan llamado para decirme que ya está lista.

- Eso es que no está lista. A ver, dígame su nombre y la talla de pantalón.

- Me llamo Pedro Mendigutxia y ahora llevo la 44.

- Un momento señor Montolivo, ... si, aquí está, una Fuji negra, ¿verdad?

- Verdad.

- Pues está en Japón.

- ¿Cómo en Japón?

- En Japón del Oriente, también conocido como el país del sol naciente, no me pregunte usted por qué.

- ¿Por qué?

- Que no lo sé, hombre.

- No, no le pregunto por qué lo llaman así, sino por qué está la camara en Japón.

- Ah!, pues porque los del servicio oficial Fuji de Madrid estaban todo el día de protesta por las condiciones laborales, que les hacían trabajar como japoneses, y la empresa decidió deslocalizar la planta y llevársela a Osaka, que a los japoneses no les molesta trabajar como japoneses, y se ahorran una pasta.

- Hombre de Dios, pero... ¿y las cámaras van y vienen?

- Cada día. Y ordenadores, y escáners, y exprimidores, y licuadoras, y yogurteras, de todo.

- Entonces, ¿cuánto tengo que esperar?

- Mucho. ¿Tiene prisa o qué?

- Hombre...

- Pues si tiene prisa yo le aconsejo que se compre una nueva. Precisamente ahora tenemos una canon de 315 megapixels en oferta con ABS, ESP, ERC, SMS, CiU, y ajuste de voz para el control remoto por 459 euritos de nada.

- No, no, ya espero a que vuelva la otra de Japón.

- Es que a lo mejor no vuelve.

- ¿Cómo que no vuelve?

- Sí. Es que últimamente se pierden algunas. Japón está tan lejos y el avión hace tantas escalas... También le puedo ofrecer una Samsung de tres megapixels por 39 euros, se segunda mano, pero en buen uso.

- ¿Y no me puede devolver el dinero de la Fuji?, que la he usado diez días...

- A ver.... No, eso no puedo. Pero si quiere le paso con televisores o con ropa interior femenina, que tiene ofertas complementarias con las nuestras. Eso, o esperar a Japón. O morirse de asco.

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